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COLOMBIA TIERRA QUERIDA UN PAÍS PARA NUNCA MÁS REGRESAR...

Estando por varias partes del mundo he podido comprobar que Colombia es un país sin igual. Tiene ecosistemas diversos y muy completos, una gastronomía deliciosa, paisajes increíbles, clima para todos los gustos y ni que decir de la pluriculturalidad: cada rincón de este hermoso país tiene voz propia y por momentos converge en los mismos espacios, creando un contraste de color, calidez y sabor que se siente en la sangre de quien lo vive. Es increíble, en ningún lugar del mundo se puede encontrar tanto en el mismo sitio.


Colombia tierra querida un país al que nunca más quisiera volver. Después de explorar otras tierras entendí que si bien Colombia no tiene comparación por tantas y tantas cosas buenas, supe también que es un país al que me permitiría regresar solo y únicamente de visita. Es un país que vilmente está siendo corroído por la corrupción: los gobiernos de turno saquean en el país y la justicia es benevolente y arbitraria a la hora de reprender.


Solo por recordar; por el gran desfalco que hizo miserablemente el ex alcalde Samuel Moreno, le dieron tan solo 18 años de cárcel, 18 años de cárcel por robar a cada uno de los capitalinos, 18 años de cárcel por delitos tan graves, que en otros países de oriente y juzgado objetivamente recibiría posiblemente la pena de muerte, pero en un estado de derecho se condena con severidad a 6 años de cárcel a un hombre por robarse una caja de caldo de gallina. Y no es que este justificando el acto delictivo del campesino, ¿pero es justicia una condena tan moderada a un ladrón de cuello blanco versus la condena del hombre de campo?


Triste ver como madres desoladas deben llorar a sus hijos muertos, que de la forma más ruin el ejército nacional de Colombia los presenta como integrantes de grupos subversivos al margen de la ley, para obtener beneficios, y nueve años después no exista justicia visiblemente impartida a las mentes enfermas y podridas que orquestaron una masacre tan sucia como fue la de Los Falsos Positivos. Desconcierta ver como el un “respetado” ex presidente continúa con ínfulas de grandeza, postulándose escondidamente para seguir gobernando Colombia porque es un adicto al poder.


No puedo regresar a un país en donde en las contiendas electorales para la presidencia, a los colombianos les toca votar por la opción que menos daño le haga al país. Duele ver como a los campesinos en su lucha por defender sus derechos son silenciados, maltratados y humillados de las peores formas y los medios de comunicación desinforman, callan y censuran. No veo la forma de regresar a un país en donde la salud ni siquiera es tomada como un derecho fundamental sino como un negocio más parecido a la ruleta rusa, en donde la educación aparte de ser sesgada según el estrato social al que se pertenezca es un completo insulto el pago tan miserable que reciben los docentes, literalmente puedo asegurar que es un trabajo que hacen por pasión y convicción porque por demás si no tienen dos o tres empleos se pueden morir de hambre.


Como puedo pensar en regresar a un país en donde las condiciones laborales buscan es esclavizar al empleado: los contratos laborales siempre encuentran las formas de incluir figuras “legales” que dejan en desventaja al trabajador, y ni hablar de la maldición de los contratos por prestación de servicios. Jornadas extensas de trabajo en donde la filosofía del día a día se vuelve en la de sobrevivir y no en la de vivir.


Tal vez los que lean estas líneas posiblemente pensarán que soy un cobarde que no quiere enfrentar la situación de la tierra que lo vio nacer, o que soy una apersona sumamente desagradecida, y créame, señor(a) lector lo mismo pensaba hasta cuando me di la oportunidad de salir de Colombia y probar suerte en otras tierras; no puedo decir que es un paraíso o que me ha tocado fácil, pero si puedo asegurar que es más digno vivir en lugares en donde por lo menos se procura una igualdad social. Y, aunque pese a todos los factores que mencione podría pensarse que son razones de peso para no volver, la razón por la que me abstengo de hacerlo y creo que es la más poderosa, es: tener que vivir en un país en donde unos pocos hacen lo que quieren con el pueblo y con esa tierra tan hermosa, y la indiferencia es la que marca la pauta, por Dios es indignante ver como todas las personas de un país son tan absurdamente indolentes, conformistas y se les vuelve un hábito dejarse la venda en los ojos, porque al parecer es más fácil ignorar que pelear, es más fácil hacer política y protesta detrás de un computador, que salir a las calles y luchar y luchar y seguir luchando por lo que nos están quitando, por los crímenes que comenten, pero no, en el país del sagrado corazón y lejos de ser un cliché retorico del mal gusto, es verdad, es un país que no tiene memoria y que prefiere ser individualista y omitir su realidad antes de hacer algo por el bien común.


La indiferencia señor(a) lector es el cáncer de nuestro país, la indiferencia es la regla que marca la pauta a diario, porque solo nos duele y nos toca, cuando nos afecta directamente, pero mientras no afecte nuestra estabilidad y comodidad, no pasa nada, no hay porque alarmarse. Por eso no quiero regresar a mi país, porque es triste ver como desde la indiferencia permitimos que se nos someta, se nos robe, se nos humille, se nos mate de las maneras más atroces. Por eso a mí Colombia tierra querida pero tierra de nadie no volveré nunca más.

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