Agradeceré por haberte perdido
Gracias por leer esto. No espero recibir de tu parte una respuesta a éstas letras, no lo quiero, solo quiero que sepas lo que siento. Debo quitarme esta necesidad de expresar lo que llevo dentro y agradecerte por esos actos que tanto pesaron en mí y de los que sé, aún, no eres consiente.
Tu constante ambivalencia y falta de decisión no solo me afecto a mí, tengo la plena seguridad que a ésa persona a la que decidiste involucrar en este cruel triángulo amoroso, fue o ha sido una víctima de tu desesperante y egoísta necesidad de alimentar tu ego. Pero yo elegí por ti y te ayudé a despejar el panorama. Te pedí que si tu sentimiento de amor por esa persona era real y fuerte, lucharas por ser y hacerle feliz.
¿Sabes? No me arrepiento, te lo dije con el corazón. Sin embargo, en su momento, no perdí la esperanza que lucharías por nosotros. ¡¡¡Claro!!! ¿Y cómo no? Si era uno de mis sueños a tu lado... sobre todo porque en ese penoso estado de negación, vulnerable soledad y en tus baches de indecisión, me preguntaste qué tenías que hacer para recuperar lo nuestro y prometer hacer hasta lo imposible para que estuviéramos juntos de nuevo.
¿CÓMO NO? ¿QUIÉN NO?
Pero solo me convertí en tu comodín emocional. Gracias. Lo único que hacías, una y otra vez era tomarme con fuerza y luego soltarme sin el menor reparo, después de tomar lo mejor de mí. Gracias. Lo más frustrante de todo eran esas preguntas: ¿Realmente te enamoraste? ¿Me dejaste de querer? ¿Tienes rabia? ¿Estás viviendo cosas diferentes? ¿Es una nueva experiencia? Tantas preguntas a las que sólo tú tenías respuesta. Gracias por no responderlas.
Fue doloroso y triste, pero en este momento solo puedo ver lo positivo de todo lo que ha pasado y ahora tengo claridad de todo esto: No solo me convertí en una opción a considerar, también fui tu basura, una que solo tiraste sin más, gracias por hacerlo. Contigo aprendí que el problema con el número de mentiras que dijiste, es que nunca se sabe dónde empezaba o acababa la verdad, pero hoy si se en donde termina la mentira y es aquí.
Ni a ti, ni a esa persona les guardo rencor. Somos humanos, nos equivocamos y creo que en este trío ninguno es una mala persona. Me alegra, tomaste tu decisión y eso me beneficia enormemente a mí. Yo ya empiezo a ser feliz sin ti. Gracias.
Te perdono y me perdono. Ya sé que no todo es una suma de cosas negativas, vivimos y compartimos una gran experiencia de vida, a veces cargada de felicidad, otras rodeada, de dolor y de rabia.
Algo que te quiero agradecer es que he aprendido a fortalecerme emocionalmente, no sé claramente si para bien o para mal, pero sí sé, que no soy quien conociste en un principio y que mi sistema amoroso se ha vuelto menos vulnerable. Gracias porque todo tu daño me hizo crear defensas, ahora soy menos débil.
Gracias, porque a mí, a quien trataste como basura, la que tiraste, alguien más la recogió y la volvió su tesoro. Y gracias porque me enseñaste que la lealtad es el sentimiento más caro y no lo debo esperar de personas baratas. Gracias.
