FELIZ POR SIEMPRE…
Escuche que el amor como el tiempo es “relativo” pero es que relativo es un concepto muy complicado de entender en las cuestiones del amor y si a eso le sumamos que nos enseñan que tiene una especie de agenda, un cronograma implícito de etapas, el trofeo; el enamoramiento. Todo eso lo creía hasta que te conocí.
Bastaron tan solo 5 minutos para desaprender lo sabido sobre el amor hasta ese momento en que te vi. Te vi, y bastaron cinco minutos para no saber por qué empecé a perder la cabeza por ti. Cinco minutos en donde todo tu ser me cautivo sin ningún esfuerzo, cinco minutos que revolucionaron mis sentimientos y emociones al punto de desear con todo mi corazón, que nunca te apartaras de mi lado. Pero bastaron tan solo cinco minutos para saber que iba a ser diferente a todo lo que conocía, y sin decírtelo prometí que siempre procuraría tu felicidad y todo paso en cinco minutos.
Tan diferente y errante nuestro amor que podríamos escribir una historia que se opusiera al clásico cuento de hadas, pues desde nuestro primer capítulo, la pasión fue desbordante y nuestra complicidad tan única que con solo verte a los ojos sabía que las dudas jamás tendrían tinta alguna en esta historia. La sinceridad resalta nuestras palabras y actos, tanto que por más dura que sea con algún punto y aparte podríamos pasar al siguiente párrafo sin tachón alguno.
Y si que rompí los convencionalismos de las dinámicas entre pareja, las cartas, chocolates, flores y canciones las deje para quien lo esperaba de mí, porque solo nos bastábamos el uno al otro, sin la más mínima necesidad de expresión “cursilera” de amor, solo necesité de tu piel en cada tacto, y de nuestros labios cuando mi boca quería bailar tango con la tuya. Así te suspire el alma, así casi te llevas la mía.
Mi alma, una parte de ella se quedo contigo en cada latido de nuestra historia. Contigo entendí que las grandes historias de amor no necesitan de grandes cantidades de tiempo, la nuestra, aunque breve será eterna.
Debo reconocer que no me gusto nuestro final, pues no será un “Y vivieron felices para siempre” Ese siempre es de alguien más, así como tu corazón, y yo que intento escribir un cuento diferente con alguien más, hoy te vuelvo a ver desde la distancia y aunque no te puedo hablar, soy feliz por ti, porque aunque tu eras mi felicidad escogí la tuya por encima de mí y decidí que mi breve capitulo en tu libro fuera editado para que continúes tu cuento de hadas con el amor de tu vida.